Rincón de las Beatillas

Una de las tabernas más antiguas de la ciudad de Córdoba. Sus salas, patios y rincones conservan y respetan los más típicos elementos arquitectónicos y decorativos de la cultura andaluza. Arte, flamenco, toreo, personalidades… hablan de lo vivido entre sus paredes. Un espacio para el encuentro, para el disfrute culinario, para la celebración y el arte.

La experiencia de años al servicio de las personas que acuden a la Taberna se suma al mimo que todas las personas que forman parte del equipo del Rincón de las Beatillas ponen en cada una de sus acciones. En la barra, en las salas, en la cocina, en la limpieza… siempre personas que trabajan para hacer de su estancia un momento agradable y placentero.

La singularidad de una taberna andaluza

La Taberna de las Beatillas es una de las más antiguas de Córdoba y está enclavada en uno de los rincones con mayor encanto del casco histórico: el popular barrio de San Agustín, que conserva las formas más originales y típicas andaluzas: las calles estrechas, empedradas, con sus casas encaladas y rematadas en albero. Linda San Agustín, conocido por ser barrio de piconeros, con otro de renombre, el de Santa Marina, donde han nacido y vivido los más grandes toreros de Córdoba.

Dos barrios curtidos por el patrimonio histórico y artístico: la Iglesia de Santa Marina, la de San Agustín y el Palacio de Viana.

A principios de siglo la taberna era una piconería, pasó a ser bodega y más tarde, allá por los años 40 una taberna, tal y como se conoce hoy en día.

Es conocida como las Beatillas por la plaza en la que se encuentra ubicada. Antiguamente, había allí un beaterio, donde las beatas vivían en comunidad siguiendo estrictas normas. Cuentan las leyendas que una de ellas era la encargada de realizar los recados y por ser de estatura pequeña, la conocían como “la Beatilla”.

Por su ubicación, es paso obligado en las celebraciones religiosas como la Semana Santa y fiestas populares: Los Patios y Las Cruces del Mayo Cordobés.

Desde 1989 es regentada por Antonio Sánchez Salamanca que ha sabido preservar la singularidad del ambiente que caracteriza a las tabernas andaluzas.